Bienvenidos a poco pan y pésima música

Voy a intentar compartir experiencias personales o ajenas, a través de letras y notas musicales. Para ello me valdré de videoclips y pequeños relatos que espero, consigan transmitir momentos de la vida de cualquier persona.

viernes, 6 de noviembre de 2015



Los acordes de mi guitarra


Aquí frente al quiosco de la playa fumando un cigarro, con las piernas encogidas y con sentimiento de agotamiento mientras oigo las olas. No me siento del todo mal, es reconfortante el sonido del mar después de tantos años en la gran capital. Aquí todo es tan sencillo, alejado de la urbe, tan banal, los unos no se esfuerzan por parecer mejor que a los otros, tan miserable, conocen su naturaleza....me hace sentir insigficante pero parte de ellos.

Mi historia no es la de un músico cargado de sueños que fracasó al ser comido por la gran ciudad. Realmente triunfé como pocos lo hicieron. Mi gran Yo triunfó y era portada de carteles, teatros, mujeres....guau! todo aquello que te haría sentir jodídamente invulnerable....

Mi historia empieza cada mañana del día siguiente cuando mi ego está en la taza del water y mis fosas nasales totalmente obstruidas por una mezcla de de coca y medicamentos. Ahí lo escucho, un cuerpo a mi lado, durmiendo apaciblemente ignorando que siento ganas de estrangularla cuando horas atrás me esforzaba por hacerla parecer una diosa.

Salgo corriendo de ese piso apestando a noche y vergüenza de mi mismo. Dios, casi le triplicaba la edad.....me choco un un par de viandantes y me quedo postrado en un banco, asustado, mirando el infinito, sabiendo que este sentimiento de odio me está devorando....

Canta una gaviota allá a lo lejos y vuelvo al horizonte azul, lejos de la gran ciudad y aquellos recuerdos tan presentes pero por fin fuera de mí. Que agradable el sonido del mar, por poco olvido que he de ponerme a trabajar. Saco la guitarra y entono los primeros acordes. Mi voz rasgada e infinita danza entre la marea, potente ella como ninguna, agitando mi pelo y volando alto junto a las notas. Oigo el piano en mi cabeza, los violines deslizando a las nubes, las guitarras me encumbran...

Mientras toda la orquesta retumba en mi cabeza, me siento extasiado, tengo ganas de gritar, de saltar, de abrazar a la vida. Esta música nos traslada a tí y a mi, Sé que hueles el viento y escuchas el calor del sol en este momento. Nuestros sentidos aunados, cabalgando entre las notas, formando parte de algo importante.

De repente una señora mayor de pelo blanco, se para y deja una moneda de euro en la funda de la guitarra. Me cago en todos sus muertos y me esfuerzo por no tirárselo a la cara, pero recuerdo aquel momento postrado en el banco y pienso "el mar huele tan bien..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario